COMIENZA EL VIAJE

Publicado por Mario Fontalvo

Por Mario Fontalvo
18 de septiembre - 05
Para los que creemos en los designios divinos, la casualidad no es más que el seudónimo que Dios utiliza cuando no quiere aparecer de forma evidente. Desde hace varias semanas, Dios puso en nuestros corazones un proyecto del que les hablaremos más adelante. Fue una corazonada espiritual como diría el cantante Martín Valverde.
Pues bien, precisamente hoy cuando entregamos este primer hijo del sueño, se inicia la semana vocacional en nuestra comunidad, acá en Sabanagrande. Algo que se convierte en una señal del cielo de que ésta es nuestra vocación. Nos movemos motivados por las palabras de San Pablo:“el profeta se dirige a las personas para darles firmeza, aliento y consuelo” Por eso levantamos nuestra voz para llevar el mensaje de amor de Cristo a sus vidas, para acompañarlos en su lucha diaria y para contribuir en el fortalecimiento de la Iglesia.

Esta es la primera edición de El Profeta y en ella anunciamos el amor de Dios expresado en todas sus formas, un amor distinto al efímero que se nos vende por estos días. Un mensaje muy oportuno para comenzar este viaje. Esto también evidencia que Dios firma su voluntad en este camino. La invitación: Todos estamos llamados al amor.


EL AMOR MÁS GRANDE:
JESÚS. Por Laura Fontalvo.
Este es mi mandamiento “Que se amen los unos a los otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.” (Juan 15, 12-13.)

Dios entiende de amistad. No sabe amar sino que de hecho ama y de una manera: INFINITAMENTE y lo demuestra enviando a su Hijo único. El Padre ha amado a Jesús, así también Jesús amó a los discípulos. Jesús guardó los mandamientos del Padre y permaneció en su amor. Los discípulos de la misma manera, debían guardar los mandamientos de Jesús para permanecer en su amor.

El modelo es Jesús: “Como yo” los he amado; y ese amor de Jesús no es cualquier amor, es el de quien da la vida por los que ama y Jesús con sus discípulos tenía un fuerte vínculo de amistad, porque no como a siervos sino como a sus amigos, les dio a conocer todo lo que su Padre había dicho, los escogió y no al contrario. Y esta escogencia supone la obligación de dar fruto y permanecer unidos a Él en comunión, seguimiento y fidelidad. Jesús nos invita, por lo tanto a imitarlo en su amor fiel, sincero y verdadero por aquellos a quienes llamamos “amigos.

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